¡Mis queridos palomiteros!
Hoy, viernes 14 de julio, se
estrena en todas las salas de cine españolas Cita a ciegas con la vida, inspiradora comedia romántica alemana,
que llega a nuestras pantallas de la mano de la distribuidora Flins & Piniculas.
Resulta insólito por su planteamiento, pero la
cinta, basada en una historia real, cuenta la hazaña de Saliya
Kahawatte, un joven adolescente que, a pesar de perder la vista, no renuncia a
sus sueños. Saliya, interpretado con solvencia por Kostja Ullmann (Single by
Contract) y que conectará con el espectador de inmediato, quiere trabajar
en un hotel cinco estrellas. Para conseguirlo, no dice que no ve y consigue un
puesto de aprendiz en un establecimiento de lujo. Gracias al apoyo de su mejor
amigo Max (Jacob Matschenz), el protagonista
supera los numerosos obstáculos con los que se topa, sin revelar nunca que ha
perdido la vista. Sin embargo, todo se desbarata cuando Saliya se enamora de
Laura (Anna Maria Mühe).
Acierta el director
alemán de 48 años, Marc Rothermund -candidato
al Oscar por el conmovedor drama Sophie
Scholl sobre el movimiento de la Rosa
Blanca- con esta emotiva comedia, que afronta sin tapujos el caso de la ceguera en clave positiva. Y digo
que acierta, no porque proponga un estudio sobre las consecuencias del
invidente, sino, al contrario, por llevar a buen puerto una propuesta sobre el
tema donde lo que queda al margen son
las imposiciones o los prejuicios, a veces demasiado asentados en la
sociedad.
Por ello, Marc Rothermund, siendo consciente de
esa problemática, da un paso más y prefiere que la comedia circule por otros
canales, con el gran hándicap de no caer
ni en la comedieta fácil, en la irreverencia, la ñoñería o la frivolidad.
De este modo, nos
hallamos ante un filme valioso y
arriesgado porque le confiere verosimilitud y entretenimiento de principio a fin. Es natural, en estos casos, que
la primera o más directa comparación que pueda hacerse sobre el personaje
principal nos lleve a detenernos en Al
Pacino en Esencia de mujer, donde
el actor neoyorkino interpretaba a un militar ciego y su trabajo le supuso un Oscar
al mejor actor protagonista. En el caso de Cita
a ciegas con la vida, Rothermund
va más allá, pues consigue que Saliya se las ingenie para que además su
minusvalía no se le note.
Estamos, pues, frente a
una agradable película -ha cosechado
medio millón de espectadores en su país- que certifica el buen estado de salud del cine alemán y del mundo de los valores, la
familia, los buenos amigos, el esfuerzo y
la integración en la sociedad y en el trabajo, como mensaje de fondo,
necesario y pertinente.
José Luis Panero
https://www.facebook.com/palomitero/
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