¡Mis
queridos palomiteros!
Buena
parte de la industria del cine español hecho por mujeres se rebela contra sus
compañeros directores, y éstos optan por boicotearlas.
Tal
vez esta pregunta no se la haya formulado antes y con más frecuencia, porque,
hasta el momento, el desequilibrio en la
industria española es abismal. Es decir, la presencia de directores de cine
es muy superior al de mujeres, y bien está que existan mujeres que quieran
ocupar un sitio de ese nivel. Desde octubre pasado, cuando se celebró la 62
edición de la Semana Internacional de
Cine de Valladolid (Seminci), podrá contestar con criterio a esa pregunta
sobre los gustos puesto que el reparto
en la dirección de cine se ha equilibrado. Es la primera vez que sucede. Y
es la primera vez que se produce en un festival tan veterano, de tan marcado carácter religioso, o al
menos nació con ese espíritu.
Concha Velasco, actriz vallisoletana de 78 años. |
El
caso es que, vista la ‘amenaza’ que profieren las mujeres por alzarse en los
puestos como directoras de cine, los varones de la industria se las han
ingeniado para frenarlas en su intentona, no sea que al paso del tiempo les
roben la merienda, si les tocan demasiado el bolsillo. Esto sin contar a la
rara avis de doña Concha Velasco,
actriz encantada con su trabajo porque siempre
ha ganado más dinero que los hombres. Me explico. Por si las alarmas no
fueran suficientes y las mujeres en el sector no sufrieran ya una grave
discriminación, algunos ‘profesionales’ han encontrado otra manera de abusar de
ellas. (No me refiero a la desagradable actitud del popular productor Harvey Weinstein, del director James Toback o del fotógrafo Terry Richardson, acusados de abusar
sexualmente en Hollywood de algunas mujeres de la industria del cine). Los horribles casos latentes de Roman Polanski (violación de una menor) y Woody Allen (incesto) son demasiado sangrantes.
El caso que nos ocupa se refiere al abuso en las ayudas para la producción de largometrajes, donde se
establece un sistema de puntos, en el que uno de los apartados tiene que ver
con las películas con participación de mujeres como directoras, guionistas,
productoras ejecutivas y jefas de equipo. Un proyecto que cumpla este requisito
puede obtener 4 puntos de los 100 máximos. Lo más novedoso en la centenaria
historia del machismo en el cine es la
inclusión de mujeres en proyectos en los que realmente no participan para
‘robar’ esos puntos. Es decir, que se practica en los tiempos actuales un soborno, hasta denunciable, que ha
recordado el Foro Mujeres en el Cine
Español.
Y esa es otra, que según este Foro se constata que en 2016 sólo el 16,1% de las películas
producidas en España fueron dirigidas por mujeres. También reclama que el
límite de las ayudas públicas a las películas cuyos puestos de responsabilidad
estén conformados por mujeres pueda llegar al 70%, al tiempo que subraya que es
imprescindible la introducción de una perspectiva de género en la práctica del
periodismo y la crítica cinematográfica,
ya sean
uno y otra, escritos por hombres o por mujeres.
Menos de acuerdo
estoy con la sentencia de este Foro, en el que se precisa que la historia del cine que se ha contado
hasta ahora es fruto del sistema de patriarcado y se trata, por tanto, de
una ficción. Porque si hubiera sido así no habríamos tenido, fuera de nuestras
fronteras (donde las mujeres que dirigen cine suponen un 8% y las diferencias salariales son aún más insondables),
a artistas ilustres que se hicieron hueco en el panorama cinematográfico y a
quienes debemos muchísimo. Me refiero a la oscarizada Audrey Hepburn, la tercera mayor leyenda femenina del cine
por la American Film Institute (AFI), a Katharine Hepburn, la única actriz del mundo con 4 Oscars, a Meryl Streep, con 3 Oscar en su haber y
20 candidaturas al premio, a Sofia
Coppola, que obtuvo en 2003 el Oscar al mejor guión por Lost in traslation o a Kathryn Bigelow, primera y única mujer
en la historia que ha ganado el Oscar a la mejor directora por En tierra hostil en 2009.
Como
dijo Cate Blanchett al
recibir el Oscar por Blue Jasmine en
2014: “Gracias a aquellos en la industria que no piensan que las películas protagonizadas por mujeres son un nicho.
La gente quiere verlas y de hecho recaudan dinero”.
Así
que la próxima vez que vaya a ver cine dirigido por hombres, pregúntese si no
es más conveniente para todos, apoyar a
ese otro cine minoritario filmado por mujeres. A estas alturas este debate
ya tenía que estar resuelto.
José Luis Panero