¡Mis
queridos palomiteros!
La
serie continúa exactamente en el punto en que lo abandonó al final de la tercera
temporada.
El pasado 3 de abril, y desde las 9 horas, viernes de Dolores, Netflix lanzaba en España sus 8 nuevos
capítulos de la cuarta temporada de la aclamada serie de televisión, La Casa de Papel. La expectación es tan
alta, que los fans de la serie se propusieron una maratón para descubrir las
nuevas aventuras de sus personajes favoritos.
En
las nuevas andanzas, la banda tiene que enfrentarse a que Nairobi recibiese un
disparo, para caer así en la trampa de la inspectora Sierra. Pero todo irá a peor
cuando alguno de sus miembros ayuda al guarda de seguridad Gandia a escapar. De
hecho él tiene bien claro que quiere acabar con todos ellos.
Por
su parte, el Profesor lo está pasando mal por la supuesta muerte de Lisboa,
pero intentará con todas sus fuerzas sacar a la banda del Banco de España. Además,
poco a poco se desvela el pasado de Berlín con Palermo y los planes para atacar
uno de los edificios más importantes del país.
Servidor, tras haber visto 3
de las 8 temporadas, puede concluir que la serie ideada por Álex Pina pone todo su talento al
servicio de las emociones internas,
algunas de gran profundidad dramática,
lo cual es muestra suficiente de un muy
buen guión que consigue mantener expectante al espectador en este tipo de thriller, muy bien estructurado,
dialogado, rodado, dirigido e interpretado, que contiene escenas lapidarias y
antológicas.
En
esta cuarta temporada se minimiza el
hiperrealismo del que disfrutaba la serie en sus partes predecesoras,
principalmente en lo concerniente a los episodios violentos.
Y en su lugar se
suple a cambio de situaciones menos
rocambolescas, más patriotas -dado que se aprecia y acentúa mucho más el
sentimiento de todo lo español, expuesto través de toros o paella, por
ejemplo-, que dan paso a un conocimiento
más exacto y necesario sobre cada uno de los protagonistas.
Particularmente, esta arista es de mis preferidas, pues son las que ayudan a
entender mejor los porqués de cada por qué.
Queda,
pues, al menos tras haber visto los 3 primeros episodios, una apuesta muy buena sobre el cine de suspense
que se filma en España, si bien es cierto que algunas de las escenas gozan
de poca verosimilitud, pero que no le quitan un ápice de inteligencia a la sabiduría desarrollada por mantener un producto a un
nivel tan alto.
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