¡Mis
queridos palomiteros!
Tony Leblanc
Tony Leblanc
Algo
se mueve en el cine español..., aunque no sea en este mundo, sino en el otro,
en el Cielo, donde ayer fue a parar el director de cine y productor José Luis Borau, la semana pasada Emilio Aragón Sr. (Miliki) y esta tarde
el gran Tony Leblanc... ¡Menuda la
van a montar los tres allá arriba con la colaboración especial de Sancho Gracia y Juan Luis Galiardo.
Al
señor Leblanc sólo le conocí de vista... Embutido como estoy entre saraos, me
arrepiento de no haberme acercado un poco más hasta haberle dado un abrazo y
haberle dicho, “gracias”. Porque es muestra suficiente. Ahora, cuando sólo
puedo escribir sobre él ya muerto, paro a pensarme qué hubiera sido del cine español sin él. Sin cada una de sus
comedias, sin El tigre de Chamberí o La casa de los Martínez. Incluso sin algunos
puntos de inflexión en su vida tras su, en principio, retirada de los escenarios en 1975 o su accidente de automóvil en 1983 que le dejó graves secuelas.
Su forma de ser, de hacer cine y de
entender la vida desde su optimismo galopante, convierten a Leblanc en una figura a la que tomar como ejemplo. No
en vano, ese espíritu renovador, de crecimiento personal y de adaptación al
medio, hizo que el polifacético actor Santiago
Segura le resucitara de su destierro casero y de nuevo saltara a la palestra para interpretar a los familiares de Torrente.
De hecho, el actor siempre ha
estado muy agradecido a Santiago Segura por esa invitación de volver al cine y no ha habido entrevista alguna en la
que no haya hecho referencia al intérprete que le propinó un fuerte empujón hasta
recibir el Goya al Mejor Actor Secundario en 1997 por su trabajo en la saga
torrentera, a pesar de que ya tenía uno Honorífico desde 1993.
No
puedo decir nada más y nada menos. Revisiten
su filmografía cinematográfica y teatral, sus libros, escritos... e irán
valorando si el peso de la figura de Tony Leblanc está amortizado (un actor no
debe jubilarse nunca, creo yo).
Lo que sí creo es que esta noche hay banquete
en el Cielo. Porque hay corazones que no mueren aunque hayan dejado de
latir. Se le quiere, Tony. Descanse en paz.
Me uno a las condolencias y al homenaje al gran Tony Leblanc, leyenda del cine español. Alguien que perdura en la memoria del tiempo como él, está llamado a ser uno de los grandes. Si llega a nacer en otro país, hubiese sido uno de los gigantes del séptimo arte.
ResponderEliminarLástima de pérdida, como la del gran Miliki: actor, músico, mágico payaso. Artista como ninguno.
Y el tercero de esta corono de honor en el cine y el espectáculo español, lo forma el Sr. Borau, con películas de las que hacen historia.
Mal balance es perder a los grandes.
Las estrellas van ocupando su lugar en el cielo.
Descansen en paz.
Tomás Prim
mira q son gente buena y artistazos los q nos están dejando. q lástima q no se les hagan más homenajes en vida y haya q esperar a q mueran para considerarlos grandes. esto es parte del carácter de españa: te sacan a hombros por ser torero o por estar muerto. descansen en paz. y , aunque no me caiga muy bien santiago segura, fue genial el homenaje en vida q dio a tony leblanc recuperándole para la gran pantalla. firma inma.
ResponderEliminar