¡Mis
queridos palomiteros!
Hay
cosas que se salen de madre. Como que un
hijo te salga actor y herede todos los vicios que ha ido sirviéndole en bandeja
su familia. Tal es el caso de los hermanos Bardem, ahora con Carlos a la cabeza, y su mamuchi doña Pilar, entre
otros, que se han ido subiendo al carro de la progresía hasta convertir los
escenarios en areópagos, en púlpitos donde sentar cátedra; cátedra sectaria, ideológica, se entiende, siempre con el dardo puesto
en la Iglesia, faltaría más. Porque si no, el discurso progre quedaría muy
descafeinado.
El actor español, Carlos Bardem.
El actor español, Carlos Bardem.
Vistas
así las cosas, que en realidad es recordar el ambiente gris en que se va
solidificando una minoría de individuos con ganas de incordiar, ayer el panorama social tuvo a una estrella
de protagonista. El actor Carlos Bardem la ha montado en Twitter y ha alzado la voz para defender lo indefendible,
es decir, dar la razón al diputado
comunista Sánchez Gordillo. ¿Y qué ha hecho este señor? Pues ha decidido
hacer de Robin Hood, a saber, robar
a los ricos para dar lo que recoge a los pobres. En este caso, entre los ricos
está buena parte del colectivo artístico español de moda... y entre los pobres,
los bancos de alimentos, que reciben
con manos abiertas las viandas. Pero hete aquí que nuestro Robin Hood roba en
todos los sentidos.
El diputado de IU, Sánchez Gordillo.
El diputado de IU, Sánchez Gordillo.
Argumenta
que es para hacer el bien a los demás, pero invirtiendo las normas. Y es que no está bien llenar carritos de la
compra, no pagarlos, agredir a las empleadas de las cajas, y servir la comida a los que menos tienen. ¡Y luego
quejarse! Naturalmente, los destinatarios de los alimentos han rechazado nuevas
peticiones porque se han enterado de que lo
recibido es robado. El ministro del Interior ya ha tomado medidas. Me gusta.
Así que se me ha
ocurrido,
con el permiso de Carlos Bardem, o sin él, acudir
al bar de copas que regenta en la calle del Almendro, 22, y allí en Corazón
loco, tomar unos chatos a su salud, porque este agosto está resultando
muy caluroso. E irme sin pagar junto a un buen número de amiguitos. O acudir al
bar de tapas madrileño La bardemcilla
-los Bardem son los dueños- (Augusto Figueroa, 47) y hacer lo propio. Y que luego no se me soliviante
nadie. Porque si el actor apoya en su cruzada al gran Sánchez Gordillo, ¿por
qué habría yo de pagar ni una sola cosa que me sirvan en cualquiera de estos
dos locales?
Quien desarrolla con mucha más sabiduría e inteligenciael tema es Eulogio López
en la mejor página en torno a la Economía, Hispanidad.com, a la que os animo a que
conozcáis. Tranquilos. Esta vez invito
yo.
Hola
ResponderEliminarCreo que a los dos se les ha ido la pinza... ¿Por qué se complican la existencia con denuncias personales? Que actúe la ley.
Estos dos son un fraude.
saludos
¡Hola, amigo anónimo!
ResponderEliminarA mí lo que más me ha llamado la atención es que aún consideren respetuoso el circo que se ha montado alrededor de este vendepatrias. Y que haya gente que lo vea.
¡Todos a la cárcel, como decía Berlanga!
Saludos...
ResponderEliminarPienso al contrario que ustedes. Esta es la unica manera que Bardem tiene de apoyar en lo que cree. ¿por que debía ser algo malo? Ni siquiera creo que el señor Gordillo esté delinquiendo. el lenguaje es muy sabio.