¡Mis
queridos palomiteros!
Hace
casi 27 años, cuando estudiaba segundo
de piano en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, en mis
ratos ociosos me dedicaba a preparar otras cosillas más en mi línea artística-cinematográfica de la que
jamás me he desprendido y a la que a la postre se añadió el periodismo y el teatro.
Primero
escuchaba a mi madre tocar al órgano el tema amoroso de El Padrino, mientras en la terraza
de enfrente veía cómo mi padre jugaba al billar con mis hermanos.
El padrino (Francis Ford Coppola, 1972)
Se trataba de
2 instantes vehiculados con el cine muy
personales. Pero mi momentazo se refería a El golpe, la partitura que yo
entonces tocaba al piano, mi preferida. Por tal motivo, quiero hoy recordar
a Marvin Hamlisch, el hombre que ha
desaparecido físicamente para siempre de nuestras vidas y que en estos momentos seguro que deleita con su música a otros
ángeles, ese que hizo posible inocular en mí el dulce veneno musical que,
traducido en poema, podría ser equivalente al “recuerdo infantil” de Antonio Machado, si me concedéis la
analogía...
El golpe (Heorge Roy Hill, 1973)
Pues
bien, el precitado compositor de música de cine, teatro y televisión Marvin Hamlisch, ganador de tres premios Oscar y candidato en otras
nueve ocasiones, falleció este lunes en
Los Angeles, víctima de una parada cardíaca a los 68 años.
Tal como éramos (Sidney Pollack, 1973)
Entre
sus más conocidas obras están las partituras y arreglos para películas como Tal como éramos / Nuestros años felices,
La espía que me amó, Bananas / La locura está de moda, El golpe, Gente corriente / Gente como uno, Chorus line, El próximo año,
a la misma hora / El año que viene a la misma hora, La decisión de Sophie, El
asesino del calendario, Frankie y
Johnny, El amor tiene dos caras / El
espejo tiene dos caras y más recientemente ¡El soplón! / El desinformante.
Bananas (Woody Allen, 1971)
El músico
neoyorquino compuso una cuarentena de bandas sonoras, con las que ganó tres premios de la Academia, otros
tantos Globos de Oro, cuatro Emmys, cuatro Grammys y un Tony, por su musical de
Broadway A Chorus Line.
Marvin Hamlisch, al piano.
Entre
sus proyectos había una nueva colaboración con Steven Soderbergh en el biopic
del pianista Liberace, y un nuevo musical titulado Gotta dance.
La espía que me amó (Lewis Gilbert, 1977)
Procedente
de una familia de músicos, estudió piano y composición, antes de debutar en el
cine en 1968 con El nadador. En esa
época trabajó para Woody Allen en Toma el dinero y corre y Bananas. La década de los 70 fue su
momento más prolífico y exitoso, pues se alzó -en una sola edición de los
premios de la Academia- con tres doradas estatuillas (dos -banda sonora y
canción- por Tal como éramos y una
por adaptar piezas de Scott Joplin
para El golpe.
Toma el dinero y corre (Woody Allen, 1969)
Fue
director de Pittsburg Pops Orchestra y la National Symphony Orchestra de
Washington y colaboró en varias de las adaptaciones de las obras de Neil Simon, entre ellas El prisionero de la segunda avenida, y
éste fue letrista de sus canciones para el musical La chica del adiós. Tenía
previsto dirigir la Filarmónica de Nueva York en el concierto de la Víspera de
Año Nuevo de 2013.
A Chorus Line (Richard Attenborough, 1985)
Por
tan grandes e inolvidables momentos, descansa en paz, amigo.
Hola a todos:
ResponderEliminarDe acuerdo con todo lo que se ha dicho. Y me alegra que se enaltezca la parte humana, más que la musical, en maestros como éste, en vez de llenar ríos de tinta sobre asuntos turbios como seguro que descubrirían los fanáticos ratones de biblioteca. Si no se han pronunciado ya es que este hombre estaba limpio de todo. Además, ¿usted sería capaz de hablar mal de un muerto? Gracias