¡Mis queridos palomiteros!
Acabo de terminar una lectura de cine -de esas que te dejan un dulce sabor de boca
por el apasionamiento y claridad con que defienden la vida y sus tejemanejes en
la pantalla sus autoras- que recomiendo vivamente.
Se trata de las profesoras universitarias Gloria Tomás y María Consuelo Tomás, hermanas, que
han unido saberes (Gloria Tomás es farmacéutica y María Consuelo es
historiadora) y han decidido publicar La vida humana a través del cine,
subtitulado “Cuestiones de Antropología y Bioética”
(Eiunsa, Pamplona, 2012). Un verdadero oasis entre tanto mercado editorial
fútil, especialmente en estos momentos con tantos libros en las estanterías,
fruto de tesis doctorales ñoñas sobre el cine de género -o vaya usted a saber- que
no aporta nada concreto u otros que, como el chorizo, repiten los mismos temas
sin novedades.
Candilejas (Charles Chaplin, 1952)
Candilejas (Charles Chaplin, 1952)
La
vida humana a través del cine, sin
embargo, se reinventa a cada instante. El reciente volumen ya va por la cuarta
edición ampliada (consta de 336 páginas) y actualizada de un ejemplar cuya
publicación inicial y más reducida fue en 2004.
Matrimonio de conveniencia (Peter Weir, 1990)
Matrimonio de conveniencia (Peter Weir, 1990)
Según el
profesor de cine Alfonso Méndiz, a través de 112
películas las dos profesoras hacen un amplio repaso a temas cruciales de la
persona, como su dignidad, el valor de la
vida humana, la intimidad y la trascendencia, el mundo de los valores, la libertad como autodeterminación, los
afectos y el mundo sentimental, la corporalidad y la fragilidad humanas, la
sexualidad, las relaciones interpersonales en la familia, la amistad y el
trabajo. No dejan de lado tampoco
aspectos como el aborto, la eutanasia y el suicido, la violencia, las
biotecnologías o la ecología.
El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989)
El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989)
Las profesoras Tomás ponen en evidencia cómo el cine puede ser un vehículo de gran utilidad para educar a propósito de
cualquier tema, y hacerlo, además, de una
manera amena, didáctica y profunda. Porque los filmes son de todas las épocas:
clásicos (Candilejas), familiares (Matrimonio
de conveniencia), de debate (El club de los poetas muertos)
y dramas con cierto fondo (Cadena perpetua).
Cadena perpetua (Frank Darabont, 1994)
Cadena perpetua (Frank Darabont, 1994)
Once (John Carney, 2007)
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